¿Móviles?, sí pero ¿a qué precio?

«Silence you Phones»

Antes de empezar este artículo me gustaría incluir una breve introducción al mundo del protocolo: ¿qué es el protocolo? ¿qué entendemos hoy en día por este concepto absolutamente indeterminado y subjetivo que a cada persona le trae distintas evocaciones? Son muchas las definiciones que podemos dar, pero siempre irán ligadas a un concepto de orden, de reglas. Alessandro Francesco Tommaso Manzoni, uno de los mejores poetas y escritores italianos, ya afirmó que «el obrar sin orden es el más cansado y difícil oficio de este mundo» .

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ofrece tres definiciones para el protocolo, y una de ellas es: «regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre» pero además de lo anteriormente comentado, ¿no creéis que hacer bien las cosas es todo un arte (=protocolo)»? Para ir a una fiesta con amigos no nos comportamos ni nos vestimos de igual manera que para una entrevista profesional, ya estamos haciendo una distinción entre protocolo de empresa y protocolo privado o social.

Con la nueva Era de los móviles debería suceder algo parecido, el sentido común, las buenas maneras, el protocolo, llámalo como quieras, debería enseñarnos cómo y cuándo utilizarlos.

Además de los avances tecnológicos y nuevos modelos, entre las conclusiones obtenidas durante el reciente «Mobile World Congress» #MWC celebrado en Barcelona, con una participación de 58 empresas españolas, el triple que en el año 2013, llama la atención la elevada penetración de los móviles en España: ya hay más móviles que habitantes, y la tendencia sigue en alza .

Pero ¿cómo afecta esta «fiebre» en nuestro día día? A pesar de los avisos que dan en los cines, teatros, en la ópera, en los auditorios de música, en los actos religiosos para que por favor se APAGUE o SILENCIE el móvil,  no es de extrañar que siempre en el momento más inoportuno suene uno o más de estos aparatos, incluso durante discursos oficiales, ruedas de prensa, almuerzos y reuniones de trabajo, etc. Posiblemente su uso sea una de las faltas de educación más importantes del siglo XXI, pues corta e interrumpe conversaciones, nos asusta con los sonidos que produce, nos avergüenza con algunas de las sintonías de última moda y, en ocasiones de mal gusto, es como un ladrón que continuamente está entrando en tu casa e incide en algo tan sagrado como tu privacidad. Podría contar muchas anécdotas muy recientes sobre el mal uso de los móviles en eventos pero creo que no es necesario puesto que cada uno de nosotros seguro que tendrá sus propias experiencias y no siempre buenas.

Cada vez más son los artistas que, como hizo Alejandro Sanz en alguno de sus últimos conciertos en España, piden a sus fans que disfruten del concierto en vez de estar pendientes del móvil para grabar o hacer fotos, e incluso les dedican canciones a estos «intrusos», los MÓVILES.