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Antes de escoger el monitor de audio más adecuado y aunque normalmente no pensemos en ello, la grabación y reproducción de audio en entornos de vídeo requiere de una serie de procesos más complejos de lo pudiera parecer a primera vista.

La cadena básica comienza con la captura mediante micrófonos del sonido, tal y como comentábamos en nuestro artículo sobre «Micrófonos transductores y direccionalidad«, continúa con la mezcla y tratamiento si fuera necesario, la grabación si no es un programa en directo y finalmente la escucha mediante altavoces o auriculares. Este es el más sencillo de los caminos, pero ¿qué sucede cuando preparamos un programa para su emisión o un spot para utilizarlo en un evento?, ¿son caminos parecidos?

El proceso es similar hasta la obtención de un máster que contenga todo lo que hayamos decidido: músicas, locuciones, efectos, etc., pero a partir de ahí, la difusión del contenido por Televisión o Internet, tiene peculiaridades propias, que formarán parte de otro artículo.

Retomando el proceso básico, la captura del sonido es el comienzo de todo. Una buena captación y posterior grabación nos proporciona la base imprescindible para obtener un producto final de buena calidad. Los problemas comienzan con la elección del micrófono más adecuado a cada situación, no es lo mismo trabajar en un entorno controlado, como puede ser un plató, que hacerlo en medio de un combate de la guerrilla o en medio de la selva. En el primero de los casos, podríamos hacer la siguiente clasificación:

Micrófonos de solapa inalámbricos para presentadores

Micrófonos de cañón corto colgados de parrilla para captar al público

– Otros micrófonos que serán de varios tipos si tenemos que sonorizar una banda que toque en directo, mientras que el periodista de exteriores necesita es un micrófono robusto y resistente, con un patrón de captación que haga su voz inteligible entre disparos, explosiones, ruido ambiente, etc. que puede ser inalámbrico para darle libertad de movimientos, aunque otro de reserva con cable entre micro y cámara no está de más, incluso para tomas de ambiente.

Una vez elegidos los micrófonos, debemos valorar cuál va a ser el destino de la producción, ya que esto determina cual es el siguiente paso: si estamos trabajando en directo, lo más probable es que las señales pasen por una mesa de mezclas donde ajustar niveles y dar mayor presencia a la fuente que elijamos en cada momento, pero si lo que estamos haciendo son tomas para su posterior tratamiento, estaremos usando mesa, pero lo normal es que gravemos simultáneamente todas las fuentes o al menos las principales y el resto, agrupadas en pistas separadas de nuestro grabador. Esta práctica nos dará una mayor flexibilidad en el momento de la postproducción del programa, permitiendo tratar, mezclar o eliminar una fuente sin afectar al resto.

Al final de un directo, tendremos una copia de la mezcla final y puede que de alguna de las pistas principales.

Si la intención es postproducir, deberíamos tener una grabación con múltiples pistas que deben moverse de forma síncrona, tal y como se produjo su grabación en vivo, para permitir la edición de audio. En este punto hay dos parámetros fundamentales:

  • La relación de tiempo entre audio y vídeo
  • La fidelidad de reproducción, es decir, debemos escuchar lo mismo que va a oír nuestro usuario final/cliente.

La postproducción de audio suele ser un entorno complejo, donde varios procesos electrónicos, con su correspondiente tiempo de retardo, aparecen y desaparecen, se suman o  restan, haciendo que los caminos que han de seguir vídeo y audio tengan longitudes diferentes y además, variables. Es importante saber en todo momento lo que estamos incluyendo o quitando y la forma en que esto afecta al resultado final. Un buen técnico de sonido, que trabaje habitualmente con imagen, ha de tener entrenado no solo el oído, también la vista juega un papel fundamental. Controlar el código de tiempos de la secuencia es muy importante, pero no lo es menos detectar pequeñas derivas en labiales o en la inserción de efectos. Tan importante es esta cuestión, que incluso la señal HDMI incorpora en su protocolo un sistema de sincronización audio/vídeo, que permite la corrección automática en función del tiempo de procesado de nuestro televisor.

De la misma forma, tanto en la sala de producción como en la de postproducción de audio, es imprescindible el uso de unos buenos monitores de campo cercano, un sistema de escuchas que no coloreen la señal y la reproduzcan con exactitud. La respuesta en frecuencia lo más plana posible nos muestra gráficamente este parámetro.

Cuando buscamos monitores de calidad, una de las condiciones más evidentes es que NO haya diferencia entre cajas, es decir, que estén perfectamente pareadas entre sí. Un proceso de fabricación con controles de calidad exhaustivos, logrará que todas las cajas tengan la misma respuesta, evitando por ejemplo que diferencias de respuesta en frecuencia nos induzcan a error y entreguemos un producto final defectuoso.

El retardo de grupo o diferencia en el tiempo de proceso dependiente de la frecuencia, es otro parámetro que pocas veces se tiene en consideración, pero que afecta dramáticamente al sonido, produciendo amortiguamiento en sonidos tales como bombos, debido a la diferencia entre el momento en que oímos el principal frente a los armónicos superiores que componen el sonido. 

Por último, en función de cómo sea de grande nuestra sala de edición, necesitamos que el SPL (Sound Pression Level) de la caja, medida real de presión sonora,  sea adecuado. Debe permitir distinguir con claridad los sonidos sin distorsionar, manteniendo una escucha correcta dentro del rango dinámico de la caja. 

La implantación en casi todos los hogares del Home Cinema 5.1 obliga a que el técnico de audio disponga de un sistema que le permita el ajuste en modo estéreo y en 5.1, sin olvidar una posible ampliación a 7.1. Si vamos a invertir en un nuevo sistema, tenemos pensar en su crecimiento futuro. La inversión en equipos de bajo coste puede no resultar rentable si tenemos que ampliar dentro de unos meses. Añadir cajas cuyo comportamiento puede ser muy diferente entre si y respecto a las que ya tenemos, dará como resultado seguro, producciones con errores de nivel o ecualización.

En Avacab confiamos en marcas de prestigio cómo Neumann, que con su indudable experiencia en audio, ha desarrollado los KH120-A, unos monitoresMonitores de audio Neumann KH20 Avacab de campo cercano activos que cumplen con todos los requisitos mencionados anteriormente. Emplea materiales de gran calidad en un recinto acústico diseñado utilizando los más innovadores sistemas de modelado matemático de guía-ondas.  Es la caja perfecta para el monitorado de mezcla y de masterización de música, para su uso en entornos Broadcast o para estudios de postproducción de audio.

 Puedes contactar con nosotros en info@avacab.es sobre cualquier tema quieras ampliar

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