AvacaBlog

Información profesional sobre tecnología audiovisual

Aunque ya hemos abordado el tema del  AUDIO en el alguno de nuestros artículos como en el que tratábamos sobre el STREAMING o en el que resaltábamos la importancia de utilizar un buen cable en cualquier instalación audiovisual, a partir de ahora dedicaremos en nuestra sección de artículos técnicos un apartado especial al AUDIO y mensualmente publicaremos un artículo más o menos técnico en esta categoría.

Hoy en día nadie puede negar que el audio y el video forman un conjunto indisoluble en el entorno multimedia, sin embargo, durante mucho tiempo, los técnicos de vídeo «menospreciaban» el audio, sobre todo en las aplicaciones broadcast y a los técnicos de sonido les parecía «despreciable» el uso de audio en la televisión.

Las reticencias anteriores dejan de tener sentido cuando aparecen los sistemas de modulación estéreo en la emisión de programas. La modulación digital NICAM (Near Instantaneous Companded Audio Multiplex   – Audio Comprimido y Multiplexado Casi Instantáneo) incorporada a la transmisión de video analógica convencional, supuso un antes y un después en el sonido aplicado a la imagen. Por aquel entonces todos soñábamos con poder tener en casa un sistema de audio que produjera un sonido envolvente, similar al de una sala de cine (Home Cinema).

En el mundo analógico, en el que trabajaban internamente los productores de contenido audiovisual, no era sencillo generar la cantidad de canales de audio necesarios y con la calidad suficiente que permitiera ofrecer solución a la demanda del consumidor. Los Betacam

BETACAM SONY BVW

analógicos llegaban a 4 canales, que en la mayoría de los casos se utilizaban como versiones de idioma, en ningún caso como sistema multicanal ya que el NICAM solo contemplaba la reproducción de estéreo.

Con la aparición de la señal digital SDI en la generación de contenidos, se cumplió el deseo de los técnicos de sonido. Ya no había que limitarse a la señal mono de baja calidad, ni al  par de canales estéreo para idiomas, ahora el formato de trabajo incorporaba 16 canales de audio (8 pares) con 24 bits de resolución y 48KHz de frecuencia de muestreo. Algunos pensaréis que no es mucho ya que actualmente se habla de 32 o más bits y frecuencias de muestreo por encima de los 96KHz, pero para 1989 que fue cuando el SDI se convirtió en estándar, era un gran avance. En la actualidad, los sistemas 3G-SDI empleados para Full-HD son capaces de dar cabida a 32 canales de audio.

Vista la evolución en el ámbito de producción, ¿cómo se consigue que llegue este avance al usuario final?

La respuesta llega, como casi siempre en las últimas décadas, del paso a digital. La limitación de espacio que suponía la difusión de señal en formato analógico, desaparece con la implantación de la TDT, la transmisión por satélite y los operadores de cable. Afortunadamente, hasta que se que se llegó a implantar completamente la difusión digital, los DVD domésticos eran capaces de reproducir los formatos de audio multicanal, empujando aún más a los Broadcaster a transmitir audio de mejor calidad.

La salida de audio de los primeros DVD, al igual que la de video, era analógica y en estéreo. Con el paso del tiempo, la salida estéreo se convirtió en multicanal 5.1, lo que cada vez nos acercábamos más a nuestro cine en el salón. El gran salto se produjo con la implantación del HDMI (High Definition Multimedia Interface – Interface Multimedia de Alta Definición)  ya que con él aparece en nuestra casa todo el poder de una conexión digital con un gran ancho de banda para datos. La primera versión de HDMI, la 1.0, disponía de 8 canales de audio con un muestreo de 24bits a 192kHz. La 1.2 incorporó el soporte para One Bit Audio y Super Audio CD.

Con la llegada del HDMI 1.3 entramos de lleno en el mundo del cine en casa. La calidad de video FullHD, con soporte para 3D y las codificaciones de audio de bajas pérdidas Dolby TrueHD y DTS-HD, han convertido nuestro salón en una sala de cine con sonido envolvente 7.1 y una espectacular pantalla de imágenes en alta definición.

La versión 1.4 tan solo aporta en cuanto a sonido su canal de retorno de audio ARC y la reciente 2.0, aún en periodo de implantación, nos llevará hasta la excelencia de imagen y sonido con sus 32 canales de audio y su imagen 4K.

Todas estas evoluciones han “igualado” las capacidades de nuestro salón con las de una sala de empresa, un auditorio, un cine o cualquier otra sala de prestaciones profesionales. Pero ¿cómo integramos los modernos sistemas HDMI con los equipos analógicos de sonido aún presentes en la mayoría de instalaciones?

Como siempre, deberíamos intentar utilizar la conexión de mayor calidad, en este caso sería bueno que empleáramos la salida óptica disponible en la mayoría de equipos. El conector TOSLINKcreado por Toshiba en 1983 (TOShiba LINK) es habitual en la mayoría de reproductores y es capaz de transportar, en formato digital, los streams de audio PCM. El protocolo de comunicación se basa en el estándar AES3, con una simple adaptación de niveles realizada por Sony y Philips, de donde viene el nombre de este protocolo S/PDIF (Sony Philips Digital Interconnect Format). Físicamente, la conexión se realiza mediante una fibra óptica, cuya calidad dependerá del ancho de banda necesario y su aplicación. Habitualmente nos encontraremos con fibras plásticas de 1mm, pero también se puede utilizar la  fibra óptica de cristal de cuarzo. La distancia máxima varía en función de la calidad de la fibra, llegando a 10 metros en plástica y hasta 30 metros con las fibras de mayor calidad.

En cobre, con igual calidad que TOSLINK, disponemos de la conexión S/PDIF que no es otra cosa que la adaptación eléctrica de la comunicación óptica. Se trata de un conector tipo RCA, habitualmente de color amarillo, por el que obtenemos audio digital. Si nos vemos obligados a conectar los equipo en formato analógico, además de utilizar cableado de calidad, recurriremos a las conexiones 7.1 o 5.1 en primer lugar, y si no queda otro remedio, a las estéreo convencionales.

En el entorno de producción, mezcladores como el Yamaha 02R96VCM disponen de la capacidad suficiente para trabajar para sistemas Sorround con una relación calidad/PRECIO.

En el apartado recepción y extracción de audio, existen equipos que por un bajo coste nos permiten obtener el sonido de fuentes HDMI en formato S/PDIF óptico o eléctrico.precio razonables. Con sus 18 buses de mezcla, podemos acometer cualquier trabajo que no supere las 56 fuentes y generar todas las salidas necesarias para la generación de un buen sonido envolvente.

Equipos como el CLUX-11CD de Cypress  que extrae a óptico o a analógico estéreo el audio de una salida HDMI o el ATLONA AT-HD570 que extrae todos los canales hasta 7.1 de una señal codificada en cualquiera de los formatos utilizados en HDMI.

¿Cuál ha sido tu experiencia al integrar los sistemas HDMI con los equipos analógicos de sonido aún presentes en la mayoría de instalaciones?

Tagged: , , , , , , , , , ,

Deja tu comentario

Tu dirección de email no se publicará. Los campos obligatorios están marcados con *.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.