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¿Recordáis el artículo en el que diseñábamos una configuración de audio apropiada para una pequeña discoteca?
Hoy queremos continuar ese hilo proponiendo un nuevo ejemplo muy extendido: un local de ensayo de una banda

Con la llegada del buen tiempo los festivales de música, conciertos y eventos sociales viven su mejor momento en todo el año. Esto se suele traducir en un sinfín de oportunidades para grupos emergentes, que se verán obligados a aumentar sus horas de ensayo para llegar a tiempo a sus compromisos. A muchos os será familiar esta dinámica propia de la estación estival.

Existen varios factores para optimizar esa dedicación en el local. Más allá de lo estrictamente musical, parte clave que hoy no nos compete, desde el AvacaBlog estamos seguros de que una buena elección de los sistemas de sonido puede incidir radicalmente en la progresión del grupo.

Antes de entrar en detalles sobre los equipos en cuestión, nos gustaría ofreceros algunos consejos base que os pueden ser de mucha utilidad.

– Intentad mezclar todos los instrumentos en mesa o, al menos, todos los que podáis. La práctica habitual suele ser intentar nivelar los volúmenes de diferentes amplificadores y juegos de voces, distribuirlos por el local de la mejor manera posible y tocar buscando las referencias de nuestro instrumento o de algún otro que necesitemos de guía. Esto suele provocar que el sonido de la canción se segmente y la percepción del tema cambie mucho en función de la zona del local que ocupemos. Dicho de otra forma, cada miembro del grupo terminará teniendo una idea muy diferente de la canción y eso dilatará el tiempo necesario de ensayo.

Para obtener un sonido fiel a la canción que se está trabajando es más recomendable que las señales se mezclen en una mesa de mezclas y que la salida principal sea común y amplificada por todo el local. Los guitarristas o bajistas pueden apoyarse, además, en su propio amplificador a modo de monitor. Para estos últimos, es conveniente que el sonido se capture con microfonía apuntando a los conos del amplificador para respetar el sonido que busca el músico ya que suele ser un color personal. También es posible enlazar la señal por cable desde el propio amplificador o usando algún previo como un pedal de efectos. Al tener una fuente doble de sonido, es importante revisar los niveles de volumen en la mezcla principal.

Otro elemento complicado es la batería. Amplificar este instrumento en el local de ensayo no es algo común ya que implica demasiado tiempo e inversión, pero hay alternativas ágiles en algunos casos concretos. Lo primero que hay que destacar es que una batería en acústico alcanza un nivel de decibelios suficientes como para equilibrarse con un equipo de sonorización para el resto de la banda. Esta afirmación, por supuesto, tiene muchos matices. Tengamos en cuenta el tamaño de la sala, el estilo de música, el sistema de audio con el que vamos a amplificar el resto de instrumentos… Este tipo de decisiones suelen basarse en cuestiones más subjetivas. Por ejemplo, muchos grupos optan por ensayar con baterías eléctricas en locales pequeños para poder realizar una mezcla completa. En cualquier caso, por sus características y por lo que implica a nivel rítmico, siempre es recomendable amplificar el bombo con un micro especializado y ecualizarlo en mesa con el resto de la mezcla. El baterista, incluso, podría obtener un envío por cascos a su gusto de una parte concreta de la mezcla para beneficiarse también de esta configuración.

Tanto voces solistas como coros se deben ecualizar y mezclar directamente en mesa. La mayoría de mezcladores analógicos del mercado ya cuentan con un procesador digital de efectos añadidos para trabajar la señal con reverb o delay. Otros parámetros como compresión, limitador, puerta de ruido o supresión de feedback van a depender de los previos de micro que integre cada mesa. Siempre queda la posibilidad de pasar la señal de la voz por un previo externo antes de mezclarlo en la mesa. Nuestro consejo, además, es que se apoye el trabajo de los cantantes con un monitor independiente. Esta práctica es poco usual en los locales de ensayo pero es altamente preventiva porque un sobreesfuerzo de los vocalistas es perjudicial para ellos y el trabajo en el local suele dejar mella.

Teclados u otros instrumentos se irán añadiendo directamente a la mezcla y, según sean acústicos, electro-acústicos o eléctricos, nos pueden obligar a usar microfonía extra o simplemente un procesamiento directo por cable de la señal.

Si mezclamos todos o la mayoría de los instrumentos en una mesa digital también tendremos la ventaja adicional de guardar configuraciones diferentes según la canción y obtener de forma rápida y sencilla el nivelado preciso que se busque.

La colocación de las fuentes de sonido es clave. Incluso en espacios pequeños donde la sensación auditiva es que todo el sonido está homogenizado, la realidad es que podemos mejorar muchísimo la fidelidad acústica de la canción que estamos tocando con una correcta distribución de las fuentes sonoras. Alinear en una pared los focos principales (incluyendo la batería) y organizar los focos secundarios (monitores o amplificadores particulares) por el local puede elevar la sensación sonora de la banda. Existen muchas distribuciones recomendables pero va a depender de varios factores. Ya sabéis que podéis consultar a los expertos de AVACAB cualquier duda que os surja.

En el local de ensayo debe prevalecer la comodidad y sencillez de montaje.

En este tipo de despliegue nos interesa un esquema sencillo y que no ocupe demasiado espacio. La salida principal de la mesa conviene conectarla directamente a un equipo de cajas acústicas activas (también llamadas autoamplificadas). El número de las mismas deberá ser par para poder obtener la mezcla en estéreo de manera equilibrada. Para ganar espacio, suele ser una opción muy buena elevar las cajas con soportes.

Hay ciertas marcas que destacan en este tipo de aplicaciones. Después de todo lo que hemos contado, nos vamos a permitir recomendar algunas marcas para reforzar nuestra opinión. Si una banda nos pidiera que le enumeráramos todos los elementos que han surgido en este artículo por marcas de confianza, el resultado sería el siguiente (en algunos casos nos ha costado decidirnos entre dos o tres marcas pero siempre hemos primado el tándem calidad-precio):

–        Microfonía de sonorización de batería: AKG.

–        Amplificador de bajo: PEAVEY.

–        Amplificador de guitarra: MARSHALL.

–        Previos y pedales para guitarra y bajo: ZOOM.

–        Microfonía de voces: SHURE

–        Sistemas inalámbricos: SENNHEISER

–        Previos de micrófono: DBX

–        Cableado: CORDIAL

–        Soportes  y accesorios para micros, altavoces e instrumentos: KONIG&MEYER

–        Mezcladores: YAMAHA

–        Cajas acústicas: JBL

Estas han sido nuestras recomendaciones de hoy para elevar al máximo exponente auditivo las posibilidades que nos brinda el local de ensayo. Transportar esta configuración propuesta del ensayo al directo es posible con algunas pinceladas que estudiaremos en próximas entradas.

No dejéis de contarnos vuestras experiencias relacionadas con la entrada de hoy. ¡Y compartid también vuestras impresiones sobre marcas y productos que os hayan dado un buen resultado!

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